miércoles, 10 de octubre de 2012

It's all about interpretation.

Cuando se trata de arte y de la forma de apreciarlo, el criterio es bastante personal, y es eso para mí, en lo que se basa una auténtica interpretación.
Música, danza, pintura, teatro, literatura, cine, fotografía, escultura... todo tipo de expresión artística está perfectamente diseñada para transmitir un mensaje. Pero, ¿qué sería de ese mensaje si no fuera por nuestra perspectiva personal dándole un sentido?

Para mí es algo mágico, es una sensación que va más allá de lo sublime y se logra convertir incluso en una experiencia divinamente utópica. Pese a sonar un poco recargado, es la verdad y cuando esa sencilla interpretación se desarrolla brillantemente en nosotros, tal expresión de arte nos otorga el ansiado resultado que, particularmente creo, es su objetivo principal: placer. Cuando se alcanza ese momento al disfrutar del arte, las palabras simplemente sobran y la experiencia se torna instantáneamente exquisita.

Eso es arte. Eso es amarlo. Eso es, pienso, amar interpretarlo. Siempre.



Carlos Cruzalegui Castro.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

¿Qué es asimilar la realidad?


Es ser consciente de que vivimos en una sociedad con múltiples culturas y estilos de vida que debemos respetar y aprender mucho más de cada una de ellas para llevarnos mejor siempre. Aceptar la complejidad de la realidad es simple, vivir con ella sin prejuicios absurdos es lo complicado.

Experimentamos conflictos día a día, problemas que nos hacen pensar que todavía hay gente mala y pesimista a la que simplemente no le interesa AVANZAR. Lo que debemos hacer con ese tipo de situaciones es lidiar con ellas porque siempre existirán aunque no queramos, es parte de nuestra vida cotidiana y lamentablemente estamos acostumbrados a conceptualizar todo lo bueno y lo malo que pasa en el mundo sin pensar en que lo más importante es continuar queriendo que nuestra sociedad se desarrolle aún más y en todos los aspectos, respetando todas las diferentes opciones que la gente haya escogido para sus vidas: religiosas, políticas, sexuales y demás que nos ayudan a conseguir más plenitud para las cosas que forman parte de nuestra satisfacción personal y nuestra felicidad.
Errores hay muchísimos y lamentablemente la mayoría de estos no se van a poder solucionar de la noche a la mañana; por lo tanto, lo ideal es aceptar que nosotros, al ser parte de la realidad, somos responsables de encontrar y darle una solución a esos errores con el tiempo y a la vez tratar de alguna forma que nuestra sociedad se enriquezca de cultura para que seamos capaces de que el peso de esa lucha constante por el desarrollo, se aligere.

Hay que arriesgar para alcanzar nuestros objetivos porque después, cuando eso pase, sentiremos que ese o esos logros son realmente nuestros y la satisfacción de la que comenté antes, será mucho mejor porque habrá sido una muy buena recompensa a nuestro esfuerzo. Personalmente, me gusta mucho poder demostrar que lo que realmente importa es conseguir un mejor futuro para nosotros como personas, para nuestra sociedad.



Carlos M. Cruzalegui Castro.

Felicidad!


Para mí, la felicidad es todo. Es "el" estado de ánimo, una sensación que nos da ilusión, que en realidad nos aferra a emociones de alegría y plenitud.
Es la mayoría del tiempo la sensación más sublime que nos otorga una expresión de aquella respuesta y porque no, algunas veces, de aquella recompensa a todo eso que nos ha costado esfuerzo conseguir, a todo eso que en algún momento requirió de mucha paciencia y lucha, o simplemente a algo espontáneo.

La felicidad es ese acumulo de sensaciones como la tranquilidad y el placer de haber dado, recibido, cumplido o hecho algo que realmente queríamos. Es nuestro objetivo final, nuestro fin final!
Es mi concepto de "felicidad", entonces, el conjunto de sensaciones que nos brindan otro tipo de placer, el placer de la satisfacción con uno mismo ante alguna situación, la forma en la que deberíamos tratar de vivir siempre.

Carlos Cruzalegui.

Sentir la muerte.


Sentir la muerte es algo muy complicado, indeseable y doloroso. Es difícil y desgarrador no solo por el hecho de que en algún momento todos tendremos que morir, también porque es inevitable conectar a nuestros seres queridos con esa sensación.
¿Qué significa esto para nosotros? ¿Acaso pensar en la muerte nos hará valorar mucho más la vida? A decir verdad, mi objetivo con este texto no es el de, para nada, repetir todas aquellas frases cursis y agotadoras que nos hacen “reflexionar” y “querer más a la vida y lo que tenemos”… ¡MENTIRA! Lo que nos hace catarsis de verdad no es pensar en la muerte ni todas esas “reflexiones” porque todo eso es solo pasajero, la mayoría no adopta ningún pensamiento como suyo así porque sí, casi nadie tiene el interés de hacerlo porque no le importa en ese instante, no le está pasando y no tiene que ver con él o ella, así que en fin…
Lo que cojonudamente recién nos hace reaccionar y empezar a apreciar y valorar la vida, por lo menos un poco más que antes, es la sensación de la muerte cerca de nosotros, porque alguien conocido lamentablemente falleció y por algún motivo recordaremos, esa sensación de vacío y escalofríos que nos atraviesa y hace que perdamos el sentido por un segundo. Lo que nos hace cambiar es el hecho de inconscientemente conectar, como mencioné antes, a nuestros seres queridos más cercanos de alguna u otra forma a esta sensación y pensar en eso, eso sí que resulta casi indescriptible. Pensar en asimilar y tener que aceptar a la muerte tocándonos y ya no solo sintiéndola es algo que nos ocasiona mucho sufrimiento, pensar en tener que vivir ese proceso por tus padres, tus hermanos, tus hijos, tu familia en general, tu mejor amigo o amiga, según el grado de afecto que tengas hacia esa persona.
Es verdad que hay cosas a las que debemos darle mucha más importancia y por las que preocuparse más que otras como, por ejemplo, cuidarnos en todo sentido, observar todo con un punto de vista más humanista, más auténtico, encontrar por más difícil que sea un balance, un equilibrio en nuestras vidas y sobretodo prevenir, pero a lo que quiero llegar es que, particularmente opino que nuestras acciones, al ser provocadas siempre por nuestras decisiones, tienen que ser algo que realmente queramos, algo que nazca de nosotros mismos y no porque resulte siendo una especie de obligación ni mucho menos porque resulte siendo provocada por una de esas “frases y pastillitas de reflexión”. Así que, si realmente queremos recapacitar lo que debemos hacer es empezar a cambiar pero de verdad y no solo quedarnos sentados a tomar conciencia y reflexionar.

Carlos Cruzalegui Castro.

sábado, 16 de octubre de 2010

Nuestra tan querida vida...!


Lamentablemente, a lo largo del tiempo hemos demostrado que nuestra tan querida vida no es tan querida como queremos que parezca… por el contrario, muchas veces demostramos que no nos interesa en lo más mínimo.
¿Será esto cierto? ¿En realidad la vida ha pasado a un segundo plano para todos nosotros? ¿O es acaso que la despreciamos sin darnos cuenta? ¿Por qué sucede eso? ¿Cómo es que dentro de nuestra tan avanzada y moderna sociedad pueda suceder esto, siendo algo tan esencial…VALORAR LA VIDA?

Lo que pienso es que cubrimos la verdadera importancia que esta tiene para nosotros, y para ello, asolapadamente hemos creado y continuamos creando una imagen, sea cual fuere, dentro de la sociedad, y no digo que este mal porque es obvio que la gente construya una, es natural, lo que quiero tratar de decir es que esta imagen muchas veces puede llegar a funcionar algo así como una esfera de cristal, esa esfera que, siempre, nos ha escudado pero también aislado de una realidad constante, una realidad que nos persigue y atormenta, que la vida no nos interesa ni un comino.

Pero, como todos sabemos, el cristal es muy delicado y en cualquier momento puede rajarse hasta caducar. Esto sucede cuando alguien, con su prepotencia y “autoridad” nos trata de bajar, de alguna manera, para que podamos pisar tierra firme, claro que a nadie le gusta que “x” persona venga hacia nosotros y nos diga nuestras cuatro verdades en la cara, por lo tanto, ocurrido esto, inmediatamente la mayoría experimenta un cambio radical, por un momento esa madurez de la que mucho se habló, desaparece y simplemente todo su cuerpo toma una actitud distinta, la mente es invadida en primer lugar por la soberbia y autosuficiencia que la famosa esferita nos dio y de la que nos acostumbramos muy fácilmente.

Cuando nos damos cuenta de que la esferita que tanto nos “protegió” se ha roto y nos ha dejado expuestos a un mundo lleno de realidad, realidad y más realidad, lo único que atinamos a hacer es responder cualquier cosa siempre y cuando tenga ese tonito arrogante y altanero que tanto nos encanta…Ja!

Vivimos una época en la que casi todas estas particulares esferitas ya se encuentran insertadas en el “nuevo mundo” en el que estamos, es por eso que ahora, esta transición de madurez, se ha convertido de lo más normal. Y claro, ya es cuestión de los diferentes tipos de formación que hayamos recibido, la decisión… Si realmente vamos a poder lidiar con un mundo y sus diferentes realidades, afrontando todo lo que se venga por delante o ir preparando una esfera mucho más resistente que la anterior para que nos siga aislando de todo por mucho más tiempo, pero que lamentablemente tiene un pequeño detalle adicional, cuando alguien quiera rajar la nueva esfera o nosotros queramos salir por un momento, cualquier cosa ya no tendrá ningún tipo de efecto en nosotros y por lo tanto viviremos asfixiados y encerrados en las ideas que no quisimos cambiar y en los errores que no llegamos a reconocer para poder perfeccionarnos cada día más y mejor, porque en esa esta la base de la verdadera madurez, en reconocer primero todas las cualidades y defectos que uno posee como cualquier ser humano para luego basarse en algo ya establecido y poder CONSOLIDAR nuestras ideas; no podemos vivir de y con ideas improvisadas, y por supuesto, como la vida está llena de elecciones, una vez más tendremos que elegir bien cuáles serán esas ideas, porque no podemos andar por el mundo vagando y vagando entre ideas y más ideas, hay que tomar decisiones, y tomarlas ya…!


Por si piensan que les estoy hablando de realidades, nubes y humos que las personas crean cuando existen complejos por entornos socioeconómicos o eventos que a uno lo llenan de gloria, esa gloria imaginaria que lo que hace es engrandecernos y hacernos ver y creer cosas que no somos en realidad, pues no. Ese tema para otro día. De lo que estoy hablando es de la realidad que nos demuestra que la vida nos ha importado e importa muy poco. Pero, ¿por qué? Simple, porque no nos damos cuenta de que en verdad no respetamos la vida, desde lo más sencillo hasta lo más complejo.
¿Otra vez ese tonito altanero y arrogante? ¿Otra vez esa actitud beligerante, soberbia y auto-suficiente? Aunque nos duela reconocer esto, aunque suene cursi y repetitivo, es la verdad. Dentro de esa esfera, mucha gente hace miles de cosas espantosas, una más despreciable que la anterior. Pero claro, tenemos el descaro de reclamar a la gente que lo que realmente nos quiere hacer, no es fregarnos la paciencia, ni molestar nuestro día porque…en fin…, lo que realmente quiere es hacernos reaccionar y despertar de ese sueño profundo, uno tan profundo que ni siquiera nos percatamos que existen cosas por hacer y solucionar allí afuera pero a la vez dentro de esas esferas. Tal vez dirás: “¡Que se cree este chico, que puede venir a darnos lecciones a nosotros…Ja!”.
A ver… ese tonito para otro momento, ahora tengo muchas cosas en mente por hacer… ¿y tú?


Carlos Cruzalegui Castro.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Desarrollo Personal

Muchos de nosotros tenemos la tendencia de creer que la interacción con las personas es sencilla, lamentablemente para poseer la seguridad y total confianza de uno mismo es necesario pasar por un largo proceso pero que a la vez demuestra ser absolutamente efectivo, este proceso del que les comento es el desarrollo de nuestras vidas.

Solo el transcurso del tiempo nos brindará una visión mucho más clara y concreta de cómo nos relacionamos con las personas que nos rodean; porque no se trata solo de seguir un montón de normas y reglas para desenvolvernos cada vez mejor, se trata de adoptar ciertos ‘tips’ (en muchos casos de cortesía y cordialidad durante una reunión, por ejemplo) a uno mismo, a nuestro carácter y modo de ser, al fin y al cabo esa es la esencia: nuestra AUTENTICIDAD Y ORIGINALIDAD, lo único que nos diferencia de todas las demás personas en el mundo y que, por supuesto ayudará a consolidar nuestra imagen personal, esa imagen que será el reflejo de nuestras acciones y por consiguiente, de lo que realmente somos.
Si esta autenticidad y originalidad no se conservan del todo, simplemente adoptaríamos un estilo de vida y modo de ser fríos, rotundamente desenfocados de la realidad y por lo tanto, tristes ya que no tendrían un sentido definido.

Lo primero que debemos hacer es reconocer lo que somos, como somos, que es lo que sentimos y pensamos; en fin, reconocer lo que aparentamos ser con nuestros actos y reconocer además la impresión que tienen las personas de nosotros mismos.
Luego, asimilar dentro de todo esto, lo que pensamos que tal vez pueda estar bien y mal; además, clasificar todas nuestras acciones, conservando las que creamos que sirven y descartando las que creamos que debemos eliminar de nuestra forma de ser. El objetivo de este ejercicio es el de limpiar subjetivamente nuestro modo de actuar, para así poder incorporar a nuestra ya renovada personalidad y actitud, esos ‘tips’ de los que comentamos hace un rato atrás.


Valorar, forma parte esencial dentro de este proceso y tiene un papel muy importante en el desarrollo del mismo ya que, valorar nos ayuda a seguir reconociendo cada vez más y mejor lo que somos en totalidad, nuestra forma de ser, el carácter que adoptamos en cada ocasión, nuestra personalidad y sobretodo nuestra realidad.


Carlos M. Cruzalegui Castro

jueves, 2 de septiembre de 2010

El pecado de querer progresar


Taxi. Tantas “carreras” de taxi. Cada vez que tomaba un taxi y que tomo uno termino conversando no solo del clima con los conductores. Nunca podré describir con total y absoluta exactitud, todo lo que rescataba de esas experiencias tan valiosas y cómo ayudaron a ampliar mi panorama cultural, de esos escasos quince minutos que formaron, forman y seguirán formando ya parte de mi vida.
A lo largo del tiempo me fui dando cuenta de que cada una de las personas con las que viví esos pocos momentos tenían, obviamente, mucho que compartir, es solo que yo aprovechaba eso para indagar un poco más allá y descubrir sus vivencias. Hombres colmados de alegría, frustración, esperanza y desilusión; seres repletos de angustia, tranquilidad, de desesperación, amor y cansancio. Vidas que muchas veces eran y son la única base de toda una familia o algunas que simplemente, luego de tanto esfuerzo, disfrutan de los logros de sus descendientes y del orgullo que generan rebasándose de su entera expresión.

Labios que dejan salir a flote sus más recónditos sentimientos, almas que de cualquier manera quedaron marcadas, algunas por ejemplo, por una cruel realidad que no eligieron para ellos, que no eligieron contemplar pero que arrastran en sus vidas. Todas estas vivencias siempre terminaban con alguna enseñanza que detenía y paralizaba la fluidez de sus relatos e historias, era un sentimiento de frustración que interrumpía fugazmente cualquier tipo de conversación anterior.
Era ese sentimiento que me invitaba a meditar y reflexionar sobre la vida: todos, en algún momento de nuestra existencia, hemos tenido que enfrentar la dureza de la realidad y desafiarla con cordura, porque sabemos que si no lo hacemos simplemente perderíamos las ganas de continuar, la fe…la única que nos mantiene en este mundo queriendo y aprendiendo a vivir con lo que nos rodea y que tarde o temprano encontraremos en el largo camino de la vida.

La “fe”, qué podemos decir de esta subjetiva expresión que siempre nos ha acompañado y que sin lugar a duda es una de las cosas que nos ayudan a pensar un poco en lo que estamos haciendo, en el porqué de lo que realmente queremos conseguir y el para qué del objetivo que nos hemos trazado. Muchas veces pude escuchar y reflexionar algunas vivencias de este sinnúmero de personas que compartieron su mundo, por así decirlo, conmigo, algunas que con un tono de impotencia, decían arrepentirse de muchas cosas que hicieron, con sus hijos, sus esposas, sus madres, su entorno. Y me daba cuenta de que después de haber expresado su arrepentimiento y enfado por algo, la mayoría siempre destacaba al final que de no ser por estas “cosas” no hubieran adquirido la experiencia que poseen ahora que todo lo sucedido ya está presuntamente enterrado, pero que latentes se hacen notar y que ellos siempre llevan... Es su cruz ya desvaneciéndose por dentro y solo pocos pueden superarla.
Por supuesto que esto nos hace catarsis y nos recuerda que debemos plantear y definir bien las cosas antes de actuar: idear una manera en la cual no nos veamos afectados luego de haber concluido tal objetivo, si nos va a beneficiar, y también si necesitamos prepararnos para esto, ya que casi todas las metas demuestran tener sacrificios a lo largo del camino, que si están muy bien establecidos no sentiremos tan intensos.
Por lo tanto si realmente queremos conceptualizar de una forma concisa y clara a la fe, podemos decir que no solo tiene que ver con Dios y con cualquier tipo de religión o creencia, es también el simple hecho de tener algo por que luchar, así que no nos cerremos en una definición de fe netamente religiosa y empecemos a pensar, además, en la fe de la vida cotidiana, una fe que además de religiosa puede ser algo o alguien por lo que tenemos que continuar.

Recuerdo que hace algún tiempo subí a un taxi rumbo a mi casa y el conductor era un señor mayor con el que estuve conversando un poco. Luego de un tiempo, el señor y yo tocamos el tema de la explosión demográfica, claro que en otros términos, pero al fin y al cabo ese fue el tema.
Pero, ¿de qué podría hablar un muchacho de 16 años junto con un señor de un promedio de 60 sobre este tema? Pues me di cuenta que de mucho, ya que en esa combinación estuvo la clave del éxito de la conversación. La combinación de opiniones y puntos de vista diferentes, de experiencias totalmente opuestas; fue el debate entre una persona que vivió todo ese cambio y que sintió como este influía en su vida, en sus oportunidades y, por supuesto, en la sociedad que lo rodeaba en aquella época y otra persona que vive en una sociedad que tiene este hecho como parte de ella y que está insertado ya en su nueva generación, yo.
He escuchado muchas opiniones acerca de este tema, pero la de este señor fue una que realmente me impactó porque estaba llena de resentimiento social y odio hacia ese cambio. Digo odio porque recuerdo que dijo algo que realmente me dejó atónito: “Ay, como extraño a la Lima de antes que podía tener paz y tranquilidad en sus calles, todo cambió cuando de los cerros bajaron la mediocridad y la delincuencia, convirtiendo a la capital en una ciudad violenta y peligrosa…ay esos reyes de la papa”. Aunque parezca una frase sacada de telenovela, esas fueron sus palabras; en ese momento pensé en qué decir para que este señor me explicará la razón de ese comentario y le dije: “¿Reyes de la papa? ¿Osea que el querer progresar ahora es un pecado?”, el señor se desconcertó al principio con la pregunta, pero luego me respondió con firmeza: “No, pero es obvio que robando, violando y matando por dinero no se progresa o ¿usted piensa lo contrario?”. Por supuesto que le respondí que no, y la verdad es que me quedé pensando en lo que dijo.

Claro, el factible hecho de que el señor y las demás personas con las que compartí esos instantes expresen de una forma tan intensa su vida y los eventos que realmente la marcaron y lo siguen haciendo es porque en fin, TODOS tenemos algo que expresar, sentimientos que compartir con los demás, “historias” que en alguna oportunidad hicieron vibrar nuestra alma, nuestro corazón.


Llegué a mi casa y seguí reflexionando en por qué algunas personas aún piensan de esa manera, es que acaso no se dan cuenta de que todas las personas merecen tener una mejor calidad de vida y que hay familias que han salido adelante a base de esfuerzo, familias pujantes que, sin pensarlo dos veces, decidieron venir a la capital y demostrarle a los demás que si se puede, que es posible alcanzar nuestros objetivos sacrificando cosas para después conseguir otras mucho mejores y sobretodo que ser perseverantes, no rendirnos en los momentos más difíciles y tener fe para lograr lo que anhelamos es lo más importante que debemos tener en cuenta cada vez que deseemos conseguir algo.
Familias que luego de recorrer un largo camino, gozan ahora de una vida llena de alegría, que nunca va a estar libre de problemas, pero que al fin y al cabo permanecen con tranquilidad, esa tranquilidad de irse a dormir pensando que mañana disfrutarán de mejores “oportunidades” en la vida.

Vaya que existe mucha delincuencia y mediocridad, pero si nos arriesgamos y empezamos desde ahora a construir un mejor entorno social, podremos experimentar el sabor de la satisfacción, la satisfacción de haber sentido que hemos avanzado y le dimos un "empujoncito" a nuestra sociedad para que lo siga haciendo.


Carlos M. Cruzalegui Castro.